Yo te saludo
Este maravilloso encuentro de Relatos Femeninos, inició con un canto de bienvenida con el que conectamos mente y corazón despertando la lúdica, la expresión oral y corporal, para recibir con gratitud un nuevo encuentro cargado de sentido y propósito. Un saludo tradicional de Nigeria llamado Funga Alafia.
La canción dice:
Funga Alafia ashe ashe
Funga Alafia ashe ashe!
Su significado:
Yo te saludo con mi mente
Yo te saludo con mis palabras
Yo te saludo con mi corazón
Bienvenido!
Arrancamos un segundo momento, con la lectura de los caligramas realizados por las participantes de Fundayama la sesión pasada, mujeres que se animaron a expresar y compartir sus creaciones llenas de nostalgia, pero a su vez, de sonrisas, esperanza y libertad de expresión.
El Mandala
Con un encuentro en donde primó la unión y la fraternidad, nos centramos en reunirnos en círculo alrededor de un mándala contenido por flores como el girasol y las margaritas y por la luz de cuatro velones que encendieron este espacio ritual.
Sentadas sobre colchonetas el Colectivo Artístico Mimonerías Clown y las participantes dispusieron su cuerpo y mente primero que todo, a observar el mándala que estaba dispuesto e instalado en el suelo y a escuchar lo que representa simbólicamente en voz de Adriana Vásquez una de sus talleristas.
“Es una figura que conecta el cielo con la tierra, lo terrenal con lo divino, el universo en su totalidad. Es lo que acoge lo sagrado, una conexión con lo espiritual y el yo interior.”
Las mujeres en una postura cómoda recibieron una hoja en blanco que representaba el corazón limpio, sano, sin dolor, ni tristezas. Luego cada quién debía comenzar a arrugar aquella hoja, aquel corazón, mostrando como a medida en que se viven y se obtienen nuevas experiencias, ese corazón en ocasiones va sufriendo dolores, angustias, decepciones, sufrimiento y con cada cicatriz y duelo ese corazón se fractura.
Vengo a ofrecer mi corazón
Después, las mujeres, cerraron los ojos para escuchar la canción de Fito Páez: Vengo a ofrecer mi corazón, una canción que nos habla de que no todo está perdido, que, aunque no sea fácil las circunstancias vividas, la guerra, los duelos, se puede abrir y ofrecer el corazón, aquel órgano vital dador y lleno de vida, de amor, de bondad y humanidad.
Antes de abrir los ojos, se les pidió colocar sus manos juntas abiertas sobre los muslos para recibir una figura de una mano entregando un corazón, la representación del corazón que se ofrenda, que da todo de sí. A esta figura le colocaron una palabra que reflejaba el sentimiento que querían ofrendar. Perdón. Paz, amor, fuerza, compañía, abrazos. Dejaron a un lado este corazón y cada una de las mujeres recibió un mándala en blanco y negro para que lo colorearan a su preferencia, con colores que significan y toman sentido, para una de ellas denota fuerza, libertad, abundancia, amor propio, coraje, paz, esperanza.
Mientras colorearon escucharon otra canción llamada: La cigarra de Elena Walsh e interpretada por Mercedes Sosa que habla de estar “como la cigarra después de un año bajo la tierra, igual que un sobreviviente que vuelve de la guerra”. Canción que las hizo recordar sus luchas, sus constantes desafíos, pero a su vez, la manera admirable de como han sobrellevado el proceso aun con sus caídas y tropiezos.
Luego de darle al sentido del oído esta melodía, para seguir generando emociones y acompañar de fondo la labor de pintar el mándala, se situaron en un momento donde debían ubicar y pegar la figura del corazón entregado previamente, en algún sitio de la hoja, algunas lo hicieron en el centro de la figura, otras a un lado, otras arriba, pero recordando conectar con esta figura, ese corazón que simboliza la unión de cada una con el todo.
Yo soy
Cuando pegaron esta figura y ya el mándala estaba coloreado, pasaron a escribir sobre una hoja de color un escrito titulado: Yo soy, donde se contestaban esta pregunta varias veces, sin repetir y sin perder el enunciado. Contestaron con metáforas y elementos y fuerzas de la naturaleza, con el que hacer, con su ser mujer, con su espiritualidad y con todo lo que reúne su sentir.
Para esta sesión seleccionamos dos de los escritos y mándalas que se conectan y articulan de nuestras mujeres participantes. Marleny Álvarez y Sandra Johana López.
Del escrito a la palabra
Luego de esto se dispuso el espacio para que las mujeres pudieran darse la oportunidad de leer y compartir con el resto de mujeres y asistentes, aquellos escritos del Yo soy, en donde se metaforizaban sus sensaciones y aquello que desde adentro las muestra como poderosas y capaces de resistir y persistir.
El escrito del yo soy fue unido a la hoja del mándala para conformar un solo trabajo creativo que fusionó la escritura con la pintura. Lo que representa el habla de lo interno, con lo que se expresa externamente en una pintura que cobró significado, colores vivos, oscuros o claros que sugieren, intencionan o reafirman.
Nuevas presencias.
Hoy tuvimos la compañía de Elías, un joven estudiante universitario, practicante en el área deportiva que está como voluntario en la Fundación Fundayama, apoyando desde esas prácticas que generan salud y quien quiso sumarse a este encuentro vivencial, dando lo mejor de sí en cada uno de los espacios atravesados por el cuerpo y la mente. Agradecemos su presencia, participación y apertura en este lugar en donde la asistencia es femenina principalmente.
El próximo Encuentro
Finalizamos el encuentro con el agradecimiento y abrazo por lo vivido y manifestado y cerramos con el compartir de alimentos que sirvió para recargar el cuerpo y la mente de mucho bienestar.
El próximo encuentro será el sábado 20 de septiembre en Fundayama para celebrar el amor y la amistad con Relatos Femeninos, este proyecto de formación en lectura, escritura y oralidad realizado por el colectivo Artístico Mimonerías Clown, beneficiado de las convocatorias de fomento y estímulos para el arte y la cultura 2025. Secretaría de Cultura Ciudadana. Medellín.
¡Somos Mimonerías Clown!
Adriana María Vásquez Santa